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A veces lo único que necesitamos es permiso.

Quiero dejar este trabajo. Quiero terminar la relación. Quiero decirle que no. 

Quiero hacer menos cosas a la vez, quiero elegirlo por mí, quiero tomarme unas vacaciones más largas….  
A pesar de estar en sintonía con la voz del corazón y sentir en todas las partes de nuestra alma que eso que queremos es lo correcto, no logramos hacerlo. Es como si faltara un último empujón. Y no es que seamos incapaces de hacerlo o no sepamos cómo, es simplemente que a veces necesitamos aprobación, que se valide la decisión, que te recuerden que estás haciendo lo correcto, que te den apoyo.

Sé que algunos van a decir – ¿pero no se supone que tengo que validarme a mí mismo, que nadie más lo va hacer por mí? ¿Que somos nosotros mismos los que tenemos que estar para nosotros?

Sí, eso es verdad.
Pero también tenemos que recordar que seguir el corazón da miedo y que en ese momento necesitamos apoyo para atravesarlo, a pesar de que ese miedo sea simplemente por saber que estás en el sendero correcto. 

Este acto de desear que otra persona valide lo que estás sintiendo no te hace incapaz de amarte, es un instinto humano. Pues la verdad es que tu corazón ya sabe la respuesta, ya has tomado la decisión, ya has escuchado lo que quieres, solo necesitas un reflejo.

Esto no significa escuchar a otros y negar tu corazón. Es dejar que las palabras de aliento de aquellos que te aman te den en el permiso de validar lo que hay en tu corazón, lo que ya es una verdad en tu interior. Somos un espejo. 

Así que si necesitas ese soporte….

YO te doy permiso.
YO te apoyo en tu decisión
YO valido lo que sientes.

Ve y sigue tu corazón.