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Recuerdo un tiempo que mi maestra me decía : Verónica “ te vas a morir, que estás esperando” . Me chocaba que me lo dijera, a nadie le gusta que la enfrenten con la idea de su propia muerte, pero mientras me lo repetía fui comprendiendo que al no querer hablar de la muerte estaba dejando la vida a un lado.

La muerte tiene mucho que enseñarnos. Y uno de sus regalos es el duelo.

El duelo es la oportunidad de re aprender a estar vivos mientras las cosas se derrumban y nos adaptamos a la ausencia y a lo nuevo.

Es el espacio donde asumes el dolor de perder a algo o alguien y aceptas que una parte de ti ,que contiene esa vida, también muere.

Muere la identidad de ser hijo , de ser amigo, de ser hermano, de ser amante, de ser humano.

Que estás esperando me decía ella.

Que estás esperando para hacer el duelo más importante esa parte de tu personalidad que ahora no te funciona. Esa parte de ti que es buena pero miente, que es dura y no sabe cómo pedir ayuda. Esa parte de ti que se aferra a la tristeza cuando no ama y que cree que luchando o huyendo podrá encender el fuego que perdieron sus ojos. Esa que cree que el amor se vive con sufrimiento. Esa que teme vivir por miedo.

¿Estás entonces aprovechando al máximo esta vida hermosa y desastrosa? ¿Haz dejado ir los límites de la identidad que te retenían para poder aferrarte a lo que es más importante?

Cuando aceptas la muerte no es fácil reconocer que ya no eres la misma que solías ser.

Pero puedes llorar y re aprender a escribir nuevos finales. Recoger las memorias y celebrar que todo eso seguirás siendo parte de ti pero que hoy, se ha ido.

Ahora, Puedes empezar a vivir .